Una de las rutas más populares es el Camino de Finisterre, que comienza en Santiago de Compostela y termina en Finisterre, el antiguo fin del mundo para los romanos. El camino tiene una longitud de 91 kilómetros y se puede recorrer en cuatro o cinco etapas.
El Camino de Finisterre es un recorrido de gran belleza natural, que transcurre por bosques, valles y playas. Los peregrinos pueden disfrutar de la naturaleza, de la cultura gallega y de la compañía de otros peregrinos.
La llegada a Finisterre es un momento muy especial para los peregrinos. El Cabo Finisterre es un lugar mágico, que ofrece unas vistas impresionantes del océano Atlántico. Los peregrinos suelen lanzar una piedra al mar para despedirse de sus preocupaciones y empezar una nueva vida.
La última etapa del Camino de Finisterre es la más corta, pero también, al igual que la llegada a la plaza del Obradoiro, la más emotiva. Los peregrinos suelen llegar al Cabo Finisterre por la tarde, a tiempo de contemplar la puesta de sol.
Si quieres disfrutar de esta experiencia al máximo, te recomendamos que llegues al Cabo Finisterre con tiempo suficiente para encontrar un buen lugar para ver la puesta de sol. También puedes llevar una manta o toalla para sentarte cómodamente en la arena.
La puesta de sol en el Cabo Finisterre es un espectáculo inolvidable que te dejará sin palabras. Es un momento perfecto para reflexionar sobre tu viaje y agradecer la oportunidad de haber realizado el Camino de Santiago.