Ancares, agua y niebla.
En los Ancares, donde la niebla abraza cada rincón, las nubes bajan, el agua cae incesante y el paisaje nos envuelve.
Caminamos mojados, pero seguros con nuestros inseparables bastones, guiados por un sendero que de derecha a izquierda se pierde entre el velo blanco.
Es en estos momentos cuando los recuerdos brotan, como si el lugar mismo nos invitara a rememorar lo vivido en estas tierras. Las jornadas de anticiclón en enero, los primeros destellos de la primavera, o el calor del verano…
Cada visita es una sorpresa, un descubrimiento.
Ancares nunca es igual, siempre diferente, pero constante en su capacidad de regalarnos experiencias inolvidables.
Aquí, entre montañas, hemos encontrado uno de nuestros lugares de entreno favoritos, lleno de buenos recuerdos y momentos compartidos.
Aquí lo hemos pasado bien.
Aquí hemos caminado a ritmo fácil y alegre.
Aquí hemos sufrido subiendo.
Aquí hemos resbalado bajando.
Aquí hemos caminado a ritmo fácil y alegre.
Aquí, en la montaña, en la cima, una vez conseguido llegar, a lo más alto nos hemos emocionado. Nosotros y nuestras nuevas compañeras y compañeros que han logrado subir, hemos sentido esa mezcla de cansancio y triunfo, recordando nuestra primera vez, compartiendo con ellos la misma ilusión.
Hoy, Ancares nos recibe con niebla y lluvia, como si quisiera ocultar sus secretos,
Es como si quisiera asegurarse que los nuevos walkers que están hoy, al igual que nosotros, tenemos que regresar y redescubrir sus senderos bajo cielos despejados.
Pero, aunque la montaña hoy se esconda, no necesita recordarnos que volveremos.
Ancares, que tanto nos ofreces: sensaciones intensas, momentos de disfrute, vida, energía. No necesitas de la niebla o la lluvia para hacernos sentir esa llamada. Sabemos que tu abrazo nos espera, siempre.
Las palabras que hoy nos acompañan, que hacemos nuestras, resuenan también en la voz de un poeta, de un grande, de un cantante,
Son las de Antonio Vega, que son de todos los que amamos esta tierra, esta Reserva de la Biosfera de los Ancares lucenses, montes de Cervantes, Navia y Becerreá.
“Donde nos llevó la imaginación,
Donde con los ojos cerrados,
Se divisan infinitos campos.”
Con Pilar y Francisco, nuestros instructores Alfa Coach, procedentes de Alcala de Henares y Guadalajara, que hoy nos acompañaron con sus enseñanzas, tienen una cita pendiente, cinco estaciones de conocimientos… sabemos que la senda no ha terminado.
El regreso está asegurado.
Hoy Ancares nos ha regalado lluvia.