Y es maravilloso que en medio de un hermoso bosque se pueda caminar siguiendo preciosos senderos, al ritmo solemne, elegante, sinuoso y al mismo tiempo, cadencioso de los más expertos walkers, y que al mismo tiempo, haya espacio para que otro tipo de walker pueda moverse con impunidad, camuflados como hormigas, respirando los senderos, examinando cualquier vestigio que produzca sonrisas y despierte la belleza innata que todos llevamos dentro.
Esta es una de las cosas que más me maravilla de la marcha nórdica, un mundo que estoy empezando a descubrir y que me tiene permanentemente asombrada.
Me enamora ver la marcha tan cadenciosa, vigorosa y elástica de los miembros más veteranos del grupo, la elegancia de sus movimientos, y me enamora también que a los que en un momento determinado de nuestras vidas, y debido a algún tipo de imposibilidad física, nada nos impida la marcha, y podamos seguir a otro ritmo, también maravilloso, aunque sea más lento, con una elegancia también más íntima…
Y sí, se puede salir a caminar y disfrutar igualmente, los bastones también nos van impulsando, nos dan confianza, y nos dan espacio para el ritmo más pausado, para el suspiro profundo, para la mirada que se detiene, para la palabra que se dice, y para el gesto que comprende la persona que también de una manera lenta y pausada camina a tu lado y disfruta contigo del privilegio de sentir el aire fresco y de la vida cabalgando al paso, suavemente a nuestro lado, dentro y fuera de nosotros, y nos hacemos uno, tanto con los que van a los lejos, a muy buen paso, como con el camino y con los árboles, con el aire y las estrellas y con el día y con la noche….
Estoy muy agradecida por haber encontrado este nuevo camino en mi vida, por estos nuevos caminantes que me acompañan y por este nuevo vínculo, con los bastones de marcha nórdica.
C.
Walker de Nordic Walking Lugo.